viernes, 12 de abril de 2019

Las seis


Son las seis. La noche escapa furtiva y misteriosa. El grito rojo del sol la ha puesto en fuga. Se ha ido con su esencia de tabernas y alcobas. La noche. Eterna protectora de Afroditas desnudas... Ha escapado misteriosa y altiva la noche, mi noche amiga... Son las seis. Los tejados orinasn la vereda un borracho mastica maloliente una canción obscena. El sacerdote de Baco tambalea blasfemando estridente. Su aliento me golpea... Y el cielo recibe indiferente el luto que le escupen insolentes cuatro chimeneas... Son las seis y no llegas y tal vez cuando sepas que esperando pasé la noche entera la espada doble filo de tu risa de santa o de ramera será el premio que otorgues generosa a esta inútil espera... Pero qué has de venir. Si cuando impura no he logrado que vengas, hoy no habrás de llegar hasta mi puerta, pues ya supe que a tu flamante esposo le presumes de buena... Son las seis, seis y media... y yo sigo clavado en esta espera haciendo el Jesucristo, o el idiota detrás de mis ojeras...

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