martes, 26 de marzo de 2019

No me pidas amor


Si te quiero, preguntas... No me pidas amor, ni busques en mis ojos la respuesta. Mi corazón de ayer ya no despierta dormido para siempre en su ostracismo... Y en la caverna estéril de mi pecho no puede amar a nadie. Ni a mí mismo... No me pidas amor. Esa es la puerta. Aléjate de mí. Lleva tus besos y el calor de tu piel, miel y azucena, a quien pueda ofrecerte no una pena sino un alma vibrante de deseo. Un corazón que lata con el tuyo, una boca que viva de tu aliento, unas manos de carne, no de yeso... No pidas un amor que ya he perdido al pisar los umbrales de mi hombría. Sólo puedo ofrecerte de la noche más triste su neblina. Y tú mereces luz. Tú necesitas lo que quise salvar y no he podido. Una fe siempre joven sin heridas... Qué más puedo ofrecerte que esta alcoba con huellas de otro amor que quedó a oscuras y así mezclar bestial, cobardemente, tu inútil esperanza y mi locura... Vete pronto de mí. Borra este día y el sabor de los besos mentirosos que puse entre tus labios anhelantes en el instante gris que fuiste mía. No me pidas amor. Cierra los ojos e imagíname muerto o muy lejano. Viviendo solamente de un recuerdo que ayer me hizo feliz, y hoy me hace daño... Muchacha, vete ya. Ponte el tapado. La tarde está muy fría y el sol se ha desmayado en el ocaso. Camina lentamente calle abajo y encontrarás tal vez en una esquina la luz de otro querer bueno y honrado. No me pidas amor. Nada ha quedado de la sonrisa fácil que he perdido del venturoso ayer que me han robado... No me pidas amor. Pídeme olvido...

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