viernes, 3 de mayo de 2019

Tres amores


Tener un trozo de tierra en cualquier valle adornado con álamos, custodiado por cerros y en el mullido verde de los pastos una vieja cabaña construida con leños. Y sentada en el pórtico contemplando el paisaje la sublime figura de cabellos de plata. Mi madre. Y en la alcoba en penumbra, recostado en el lecho, contemplar mientras fumo en silencio un amigo que duerme en el suelo. Mi perro. A la izquierda un hogar crepitante de leños cuyas lenguas rojizas aprisionen recuerdos dibujando en las sombras mil figuras inciertas. Mis sueños. Y en la mesa que guarda recuerdos de incontables afanes y besos mis ideas revueltas. Y cruzando la puerta, a cien pasos apenas un arroyo que cante y se pierda arrastrando consigo por siempre esta mala palabra. Tristeza. Y en mi valle de dicha serena tres amores cuidar con empeño. Mi madre, mi perro y mis sueños...

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