viernes, 3 de mayo de 2019

Naipes rojos


El negro bostezo de una puerta abierta se asoma a la noche en la calle muerta... tras ella, inquietante y dormido un pasillo se adorna con pasos nerviosos y alerta... Se queja a intervalos la anciana escalera y llora un polvillo de madera vieja... Sepultan peldaños los pasos ansiosos y suben adonde seis hombres esperan... Con rasgos sombríos seis rostros de piedra los ojos en sombras, las manos muy bellas aguardan fumando que llegue el que falta... Seis rostros sombríos rodeando una mesa... Un último impulso del hombre que llega entierra en las sombras la turbia escalera... En forma elegante, discreta y muy blanca su mano se eleva y la puerta golpea... La puerta se abre, y doce pupilas como doce manos lo examinan frías... Se quita su abrigo, saluda y se acerca, y sin más palabras ocupa su silla... Un viejo encorvado con aire de apóstol trae una bandeja con las copas llenas, y su mano izquierda deja en el tapete un mazo de naipes, y el juego comienza... Dos manos morenas manejan las cartas y éstas se atropellan de una a otra palma, y su tableteo de cartón prensado es el desafío de una carcajada. Los oros, las copas, los bastos y espadas se mezclan veloces por las manos sabias, y el recién llegado confiado hace apuestas dinero en la diestra y en la boca el alma. Pasaron seis horas... ya es de madrugada... Un cielo de humo moja las miradas... en los labios resecos se apaga un cigarro y hay sienes febriles y ojeras hinchadas... Pálido, angustiado y en franca derrota en la nueva apuesta vuelca su alma rota... Y en la última chance del azar suicida desprecia el caballo y elige la sota... Y se juega entero lo que aún le queda... Mas la sota ríe de su amarga espera y el galope quieto del caballo de oros al bando contrario su plata se lleva... Aprieta los puños, maldice entre dientes, mientras el que talla sigue indiferente... mas su indiferencia pronto se hace espanto, pues caen de su manga tres sotas sonrientes... En la calle el alba moja las aceras y el viento las barre con su voz doliente... Tres sotas se bañan en sangre caliente mientras un cadáver cae por la escalera...

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