JULIO SOSA fue el mejor cantante de música popular de todos los tiempos. A la par de eso fue un decidor notable, un actor espectacular y un escritor de poemas sensacional. Su vida fue desde la más obscena pobreza hasta las luces del éxito y el reconocimiento. Era bueno, recio, amigo y muy sentimental. En el cénit de su fama perdió la vida. Empero sigue viviendo en cada melodía de aquí y del mundo entero. Y jamás se apagará su voz. Aquí intentaremos repasar su apasionante vida y obra.
viernes, 21 de junio de 2019
viernes, 14 de junio de 2019
Espacio Cultural y Museo Julio Sosa y Estatua en Las Piedras
En el departamento de Canelones, en la localidad de Las Piedras, Uruguay, donde nació, se encuentra el Espacio Cultural y Museo Julio Sosa.
El mismo fue Declarado Patrimonio y Material de la Humanidad por la UNESCO.
Aquí te dejamos el LINK DE ESPACIO CULTURAL Y MUSEO JULIO SOA http://www.museos.gub.uy/index.php?option=com_k2&view=item&id=678:espacio-cultural-y-museo-julio-sosa&Itemid=57


Por otro lado en Argentina, más precisamente en Acassuso, partido de San Isidro, al norte del conurbano , también existe otro Museo de Julio Sosa.
Aquí la info.
1054, Presidente Quintana, 1640, Acassuso, San Isidro, AR Argentina
Contactos teléfono: +54 9 11 6441-5873


Por otro lado en Argentina, más precisamente en Acassuso, partido de San Isidro, al norte del conurbano , también existe otro Museo de Julio Sosa.
Aquí la info.
1054, Presidente Quintana, 1640, Acassuso, San Isidro, AR Argentina
Contactos teléfono: +54 9 11 6441-5873
lunes, 10 de junio de 2019
miércoles, 5 de junio de 2019
viernes, 24 de mayo de 2019
lunes, 20 de mayo de 2019
viernes, 3 de mayo de 2019
Agonía
Tres amores
Soledad
Himno a la virgen mía y Seis Años
SEIS AÑOS
ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ
Después de mucho tiempo, seis años más o menos,
ayer te vi de nuevo del brazo de tu amor,
y ésta pasión inmensa descontrolada y loca,
como un fantasma rojo mis sienes envolvió.
Felina y majestuosa con fría indiferencia,
tus bellos ojos grises, mordieron mi ansiedad,
en alas de tu paso tan pequeñito y suave,
espléndida y dichosa, con él te vi pasar.
Retrocedí seis años parado en la vereda,
me vi cantando un tango, aquel que nos unió,
en épocas lejanas de efímera grandeza
mi nombre en los carteles, y yo en tu corazón.
Tras el amargo ensueño, volví a montón de diarios,
tu engominado amigo me pidió La Razón,
se la entregué rogando que no me conocieras,
y te fuiste contento del brazo de tu amor.
Me adelanté unos pasos, con ansias de llamarte
mi pobre voz quebrada, fue un grito sin color
mis manos transpiraban, heladas por la angustia
crispadas de impotencia, como mi corazón.
Noté tras la vidriera del turbio bar cercano,
que un rostro me miraba, con cruel curiosidad
entonces tropezando, avergonzado y triste
me fui silbando un tango, para disimular...
Naipes rojos
EFEMÉRIDES POPULARES. EL 26/11/1964 MUERE EL POPULAR CANTOR DE TANGOS Julio Sosa, el Varón del Tango
El 26 de noviembre de 1964 muere, en un accidente automovilístico ocurrido en el centro de Buenos Aires, Julio María Sosa Venturini, más conocido como Julio Sosa y apodado El Varón del Tango. Fue un cantante uruguayo de tango que alcanzó la fama en Buenos Aires en las décadas de 1950 y 1960.
El 26 de noviembre de 1964 muere, en un accidente automovilístico ocurrido en el centro de Buenos Aires, Julio María Sosa Venturini, más conocido como Julio Sosa y apodado El Varón del Tango. Fue un cantante uruguayo de tango que alcanzó la fama en Buenos Aires en las décadas de 1950 y 1960.
Nació en el seno de una familia humilde, en su juventud, a causa de la pobreza, ejerció varios empleos (popularmente conocidos como "changas"). Sus comienzos profesionales fueron como vocalista en la orquesta de Carlos Gilardoni en la ciudad de La Paz. Se fue a Buenos Aires en 1949. Llegó a triunfar en el Río de la Plata, siendo considerado uno de los cantores de tango más importantes de la segunda mitad del siglo XX
Sosa tenía una pasión por los autos, y había tenido varios accidentes de tránsito por conducir a desmedida velocidad. Como consecuencia, falleció a los 38 años, a las 9:30 horas del 26 de noviembre de 1964, en un accidente automovilístico ocurrido en la esquina de la Avenida Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla del barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires.
Sus restos fueron velados en el Salón Argentina pero la multitudinaria concurrencia obligó a trasladar los cortejos fúnebres al Luna Park.
La Opinión Popular
Durante sus 15 años de trayectoria en Argentina, Sosa fue cantor de tres orquestas. La primera, Francini-Pontier (1949-1953), con la que realizó 15 grabaciones en RCA Victor, entre ellas Por seguidora y por fiel, Dicen que dicen, Viejo smoking y El hijo triste (única grabación a dúo de su discografía, junto a Alberto Podestá); la segunda, la de Francisco Rotundo (1953-1955), con el que grabó 12 temas en el sello Pampa, entre ellos Justo el 31, Mala suerte, Secreto, Yo soy aquel muchacho y Bien bohemio; y la tercera, la de Armando Pontier (1955-1960), ya desvinculado de Francini. En esta etapa Sosa grabó en total 33 registros, 8 de ellos para RCA Victor (1955-1957) y los 23 restantes en el sello CBS Columbia (1957-1960). Algunos temas destacados son: Tiempos viejos, Araca París, Cambalache, Al mundo le falta un tornillo, Padrino pelao, Tengo miedo, Margo, El rosal de los cerros, Brindis de sangre y Azabache.
Fuente: Wikipedia
La voz de Julio Sosa, una cosa de todos los días
Flamantes 80 años de edad podría estar luciendo por estos días el uruguayo Julio María Sosa Venturini, de no haber mediado aquel fatal accidente que tronchó la vida de Julio Sosa (02-02-1926/26-11-1964) --nombre acotado para convertirse en seudónimo-- cuando apenas transitaba los treintiocho y había logrado elaborar ya uno de los más notables fenómenos de popularidad en el historial de la música ciudadana.
Cantor de registro grave y de muy varonil vocalización salió a la palestra en una época difícil, sobre todo porque lo suyo debió emerger frente a una avalancha de géneros comerciales que no por casualidad le ganaban largamente en difusión al legado tanguero de las décadas del '30 y del '40.
Nativo de Canelones, con apenas 18 años dio su primer gran paso en la temática cuando logró acceder a los estudios de grabación Sandor, de Montevideo donde registró cinco temas junto a Luis Caruso, incluido Sur, en todo un atrevido cotejo con el reciente estreno del tema por parte de Edmundo Rivero en el legendario "Tibidabo", de Buenos Aires.
La guarda vieja
Sin duda, el comienzo de una historia grande en materia de interpretación, en la que matizó los mejores temas de la denominada guardia vieja con creaciones contemporáneas, forjando una imagen de virilidad y ternura que consiguió concitar la atención del piberío, amen del natural respeto de los adeptos de origen.
Así, debe considerárselo como uno de los más activos hacedores de que el tango recuperara adhesiones multitudinarias, propias de sus mejores épocas.
Ya instalado en Buenos Aires junto a la agrupación de Francini y Pontier dejó versiones inolvidables de El ciruja, Dicen que dicen, Por seguidora y por fiel, Viejo smocking y Olvidao, entre otros.
Junto a la orquesta de Francisco Rotundo, surgió el rótulo de "El varón del tango" y llegaron notables creaciones de Levanta la frente, Dios te salve, m'hijo; y con Armando Pontier, Llorando la carta, Margo, El rosal de la ruinas y una actualísima y casi excluyente versión de Rencor.
La etapa postrera de su labor lo vio triunfando y definitivamente ganador junto a Leopoldo Federico, "adueñándose" de temas como El último café o Que falta que me hacés, apoyado en un nivel popularidad sólo destinada a unos pocos, merced a la proyección de una imagen que le evitó cualquier comparación de condiciones canoras --valga el ejemplo-- con Roberto Goyeneche, cuyos inmensos recursos vocales y la versatilidad de su decir estaban todavía postergados en la consideración del gran público.
Hasta la fatal colisión de su automóvil con un semáforo, cuando conducía a 100 kilómetros por hora y que provocara una su inesperada muerte, llegó a ser absurdamente tergiversada como una conjura (a lo sumo del destino), propio de reacciones emparentadas con idealizaciones de fuerte contenido popular.
Lo cierto es que, a más de cuarenta años de su lamentada desaparición física, la voz de Julio Sosa --registros mediante-- sigue siendo cosa de todos los días.
Osvaldo De Rosa/"La Nueva Provincia"
Espacio Cultural, Museo Julio Sosa y su palabra y Su Casa de la Calle Helguera 2440, Placas y Libros
Presentación
Este museo, inaugurado en el año 2013, es un espacio cultural creado en homenaje al Varón del Tango, nacido en la ciudad de Las Piedras. Tiene entre sus objetivos la valorización y la divulgación del Tango como manifestación cultural que une música, danza y poesía y que ha sido reconocido por Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. A su vez se propone investigar, documentar y difundir y la figura de Julio Sosa, valorizándolo como exponente del tango local y nacional. Se encuentra ubicado en las instalaciones del Hipódromo de Las Piedras.
Información adicional
Dirección:Hipódromo de las Piedras. Avenida Bicentenario S/N
Teléfonos:(00) 598 23666703
E-mail:espaciocultural.juliososa@imcanelones.gub.uy
Dependencia:Público
Colecciones:Arte, Historia
Yo no quiero discutir las condiciones literarias de ciertas letras que andan por el ambiente, pero por ejemplo hoy, escuchando en el hotel la radio, escuché un cantor que antes cantaba tangos y que afortunadamente dejó de cantar tangos, porque le hizo un bien al tango yéndose, y que ahora dice Cicerón, Cicerón chá chá chá... Yo no sé, una gansada y es vergonzoso lo que pasa en este país, porque si usted pasa un tango en una emisora oficial y dice la catreta o la mina, se lo censuran y no esas idioteces que lo único que hace es embrutecer a la gente, y con respecto al auge del twist y esos ruidos molestos, la culpa la tienen los padres de los chicos de veinte años que bailan moviendo las caderas, como si fueran bataclanas. Antes ser argentino era signo de virilidad, de hombría...
JULIO SOSA
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DEFENSA 535 LAS PIEDRAS, PRIMERA CASA DE SOSA.
JULIO SOSA VIVE y Familiares y Amigos
Hace rato colecciona objetos del cantor charrúa y busca un lugar para exponer su colección.
Al hueso: Ricardo Albanese es un hombre que prácticamente dejó en Pampa y la vía a los herederos de Julio Sosa. Conserva hasta el volante del auto con el que El Varón del Tango se pegó el palo el 25 de noviembre de 1964. No se rían, ya quisiera el Negro Lavié tener uno de estos íntegros ejemplares de devoción o devotos ejemplares, gente cuyos dioses están, o estuvieron, en la Tierra.
El más grande coleccionista del cntor Julio Sosa
Léanlo: “Soy coleccionista de todo lo que se refiere a Julio Sosa. Tengo ropa, cartas, discos, casetes, magazines, revistas, diarios de la época, objetos personales. También heredé las pertenencias de la madre y su hermana y hasta tengo el volante del auto con que tuvo su trágico accidente. Me gustaría poder conseguir un lugar estable para poder exhibir todo. Te cuento un poco, yo soy amigo y asistente del maestro Leopoldo Federico. Un día lo acompañé a Cancillería y me tocó saludar a la señora Presidenta. Le comenté de mi colección, ella me dijo que le gustaba mucho Julio Sosa y me ofreció hacer la muestra en la sala de conferencias de la Casa Rosada. A la semana me llamaron y me presenté, arreglé con una señora y estoy esperando que se concrete… ¡En 2014 se cumplen 50 años de la muerte de Julio!”.
La idea es aporteñarlo. Si bien Ricardo es de Mataderos, Julio Sosa, protagonista espiritual del presente aguarrás fue, se sabe, uruguayo. Un intríngulis limítrofe que, en estos casos, se resuelve con bastante facilidad: alcanza con haber visto el otro día a los muchachos del Cuarteto de Nos participando, mansa y colonizadamente, de nuestros Premios Gardel.
“Sí, obvio, a mi casa pueden entrar todos los que quieran, pero no sé si es lo más cómodo. Hay gente que llama a mi teléfono, ¿puedo dejar el teléfono para otros amantes del tango? Me llaman al 15 6397 4523 y vienen, ven lo que tengo, se sacan fotos… Hoy por hoy mi casa es el lugar que conserva la memoria de Julio Sosa.
En 2004, cuando se cumplieron cuarenta años de su muerte, llevé mis objetos al Museo de la Ciudad. La muestra era por dos semanas y duró dos meses… Mirá: este es el molde de la escultura de Julio que está en ciudad de Las Piedras, en el Partido de Canelones, Uruguay, donde nació. Me lo donó la mujer del artista. Ella sabía quién era yo. Cuando Bergoglio asumió como Papa mencionó que escuchaba tango y que como cantor le encantaba Julio Sosa. Le estoy escribiendo una carta al Papa, pero prefiero que no hablar de eso, es algo privado”.
El fotógrafo retrata a Ricardo con un sombrero y con el volante del auto. Resulta que el cantor, amante de la velocidad, se llevó por delante una baliza luminosa en la esquina de Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla. La réplica de esa baliza también está en la casa de Ricardo. “El auto era un DKW Coupe Fissore, y este sombrero es el que Julio usó para la película Buenas noches Buenos Aires, dirigida por Hugo del Carril”.
Ricardo cuenta una historia detrás de otra. Esta es buenísima: “Cuando empecé a coleccionar cosas de Julio, que me volvía loco con su voz, me hice una lista de la gente vinculada a él: músicos, amigos, familia, mecánicos… buscaba en la guía y llamaba. Un día conozco a Roberto Benítez, mi antecesor. El, más grande que yo, se volvió fana de Julio cuando tenía diez años. Por esos días Julio se mata y Benítez, un pibito, averigua que el auto chocado está en una comisaría cercana a River. Va y se las rebusca para llevarse los puchos que Julio había apagado en el cenicero del auto. Ah, me olvidaba, la mayólica que está donde se mató Julio la hice poner yo en 2007. Bueno, Benítez se llevó hasta la insignia del auto y después despegó la chapa de Helguera 2440, último domicilio de Sosa. Los puchos, la placa y algunas fotos, todo eso, lo heredé yo. Y tengo fotonovelas de Julio que ni Benítez había podido conseguir. Benítez empezó a pasarme sus objetos porque, según me confesó, ya había perdido un poco el entusiasmo y se daba cuenta de mi creciente fervor. El volante lo gestioné con el mecánico. Lo tenía colgado en la oficina de su taller. Lo fui a ver y le conté de lo mío. Le dije que hasta tenía camisas y corbatas que me había dado la viuda, y me lo terminó regalando”.
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La madre, la hermana y su amigo Cacho Maggiolo. ,,,, Septiembre 1964 última visita a Las Piedras
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