viernes, 21 de junio de 2019

Por qué Canto Así

Barrio Pobre

Tabaco


Entre Sueños


Destellos y Romántica

En la madrugada y Cuando era mía mi Vieja

Otario que Andás Penando

Toda mi Vida


Estas cosas de la vida


Verdemar


Corazón no le hagas Caso


Muriéndome de Amor y Caminito con Goyeneche, Rufino y Troilo { Inédito }


Ivette


Tu Pálido Final


Después de esta Canción


Viejo Rincón


Farolito Viejo


Pa mi es igual


Carnaval

viernes, 14 de junio de 2019

Yo soy aquél Muchacho


La Casita está Triste


Eras como la Flor


Cuando era mía mi Vieja


La Pena del Payador

Tu Vuelta


Milonga Triste


Por el Camino Adelante


Caminito Soleado


Por un Cariño


Guitarra Mía


Mirála como se Va


Para quererte Nací


Criollita de mis Amores


El Mismo Final


El Bulin de la Cale Ayacucho


Milonga a Julio Sosa por Guillermo Fernández


" Lo llamaban el Varón del Tango " Mariano Leyes y Alberto Di Paulo


Homenaje en el Club Social La Paz y la palabra de la hija Ana María


Araca Corazón y Secreto


Espacio Cultural y Museo Julio Sosa y Estatua en Las Piedras

En el departamento de Canelones, en la localidad de Las Piedras, Uruguay, donde nació, se encuentra el Espacio Cultural y Museo Julio Sosa. El mismo fue Declarado Patrimonio y Material de la Humanidad por la UNESCO. Aquí te dejamos el LINK DE ESPACIO CULTURAL Y MUSEO JULIO SOA http://www.museos.gub.uy/index.php?option=com_k2&view=item&id=678:espacio-cultural-y-museo-julio-sosa&Itemid=57 Por otro lado en Argentina, más precisamente en Acassuso, partido de San Isidro, al norte del conurbano , también existe otro Museo de Julio Sosa. Aquí la info. 1054, Presidente Quintana, 1640, Acassuso, San Isidro, AR Argentina Contactos teléfono: +54 9 11 6441-5873

Julián Centeya habla con Federico sobre Sosa


lunes, 10 de junio de 2019

Amor en Remolino


Siga el Corso


No te apures Cara Blanca


Brindis de Sangre


Azabache


Al Compás del Corazón


Martingala


El Rosal de los Cerros


Como todas


LLorando la Carta


Hoy es tarde


Nunca es tarde


Glenn Miller: Por qué canto así, Destellos y Tarde


Poemas de Julio Sosa en la voz de Glenn Miller 3 parte


Poemas de Julio Sosa en la voz de Glenn Miller 2 parte


Poemas de Julio Sosa en la voz de Glenn Miller


Silbando


Cachadora


Total pa que sirvo


Bien Bohemio

Guapo y Varón


Volvió una Noche


Margot


Dicha Pasada

Que solo estoy


Rencor y Tarde

Que me quiten lo bailao

Nada y LLoró como una Mujer


viernes, 24 de mayo de 2019

Que falta que me hacés


Mañana iré Temprano


No nos veremos más

Levanta la frente


Abuelito


Dios te Salve mi Hijo

El Hijo Triste e Himno al Club Olimpia de Las Piedras


Un Alma Buena


Por una mala Mujer


Certificado


Olvidao


Tenemos que abrirnos


Tan solo por Verte


Padrino Pelao

Canchero

Mala Suerte

CON FEDERICO CON PONTIER

Contramarca y Madame Ivonne

lunes, 20 de mayo de 2019

San Domingo


Una y Mil Noches


La Última Copa


Por Seguidora y Por Fiel


Monserga

Mala Suerte y Dos Compilados de Videos

Amurado y Confesión

La Gayola

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viernes, 3 de mayo de 2019

Mi Sentencia


Princesa del Fango


El Ciruja


Secreto


Mascarita


Confesión

Otario que andás penando

Calor de Hogar y La Gayola

LLoró como una mujer

CON FEDERICO CON PONTIER

Recordándote

Agonía


Cuando mi alma abandone su envoltura terrena y a tu alcoba se acerque doliente y errabunda impotente y terrible mi deseo de amarte retorcerá mi cuerpo prisionero en la tumba. Te gritaré angustiado cuando escuche tus pasos caminar por la senda que recorrimos juntos y ese techo de tierra que me aislará en su abrazo arañaré frenético en un esfuerzo absurdo... Ya no podrán mis labios gustar de tus encantos que seguirán viviendo palpitantes y frescos que inspirarán pasiones a pesar de tu llanto y serán de otros labios a pesar de mis celos... Ya no podrá mi boca mordisquear insaciable el marfil suave, mórbido y celestial de tu cuerpo y del húmedo beso que estremeció tu carne sólo tendrán tus fibras un molesto recuerdo... Ya no podrán mis manos enredarse en tu pelo ni aplastaré mi boca en tus labios sangrientos ni crisparás, violenta, como garfios tus dedos en la incansable almohada de nuestro amor sediento... Ven y siéntate cerca de mi lecho de enfermo ven y acerca tus manos que están limpias y frescas a mi frente que quema el calor de un infierno a mis ojos febriles de vagar por la pieza... Cierra bien la persiana que la luz me molesta, Ahora vete, amor mío... vete... y cierra la puerta...

Tres amores


Tener un trozo de tierra en cualquier valle adornado con álamos, custodiado por cerros y en el mullido verde de los pastos una vieja cabaña construida con leños. Y sentada en el pórtico contemplando el paisaje la sublime figura de cabellos de plata. Mi madre. Y en la alcoba en penumbra, recostado en el lecho, contemplar mientras fumo en silencio un amigo que duerme en el suelo. Mi perro. A la izquierda un hogar crepitante de leños cuyas lenguas rojizas aprisionen recuerdos dibujando en las sombras mil figuras inciertas. Mis sueños. Y en la mesa que guarda recuerdos de incontables afanes y besos mis ideas revueltas. Y cruzando la puerta, a cien pasos apenas un arroyo que cante y se pierda arrastrando consigo por siempre esta mala palabra. Tristeza. Y en mi valle de dicha serena tres amores cuidar con empeño. Mi madre, mi perro y mis sueños...

Soledad


Hoy el sol ha golpeado con sus cálidos dedos los cristales opacos de mi vieja ventana. Dos gotas temblorosas del nocturno rocío desde el vidrio me miran en la tibia mañana. Todo es luz y alegría, y color y sonido, todo es vida en el campo. Precursora de estío Primavera ha llegado con dorados pinceles decorando las flores, alegrando los nidos. Derraman los panales el amor de sus mieles que acechan cautelosos zagales escondidos. Vuela rauda una alondra transportando en el pico la razón de su vida hacia el verde follaje y vibrando hacia el cielo su invisible cordaje se oye grave y sonora la garganta del río. Dos cachorros lebreles se disputan la presa matizando la lucha con viriles gruñidos todo es luz y alegría y color y sonido, Primavera ha llegado y al entrar en mi pieza se detuvo indecisa; la ahuyentó mi tristeza. Más allá de mi puerta ya no hay más flores mustias. Primavera ha llegado pero entrar no ha querido porque ha visto, en mi angustia, que tú ya te habías ido...

Himno a la virgen mía y Seis Años


Se han quebrado tus alas que han caído a la tierra como dos blancos pétalos arrojados al viento. Y tu imagen augusta, adorada y eterna brota insomne y doliente de mi cruel desaliento... Una noche muy negra se detuvo en mi alma dibujando con sombras tu sonrisa cansada y tus manos de santa que cubrieron mis lágrimas no acarician mis sienes en la triste alborada... Maravilla de novia sin pasiones ni sexo que viviste callada, ignorada y sufrida, tu abnegado calvario de final sin regreso hasta el postrer instante de tu brusca partida. Te llamó Dios al cielo cuando vio que eras mía... me castigó implacable cuando observó tu pelo que en los mejores años de mi vida egoísta yo había transformado en un gris ceniciento... Y te fuiste, ¡oh, Madre!, en silencio... sin quejas y me has dejado solo, aturdido y cobarde, errando pavoroso en esta casa vieja donde aprendí a quererte ya demasiado tarde. Madre... Haz que vuelvan tus manos en el tenaz insomnio de mis noches tan largas, tan amargas y frías. Madre... Haz que vuelvan tus ojos a vestir el otoño de mi vida que muere sin tu amor, virgen mía... Madre... Haz que vuelvan tus besos en la brisa que pasa, que retorne tu acento en las voces del río... mientras vierto este llanto que mis ojos abrasa acodado en la mesa, frente al sitio vacío... SEIS AÑOS ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ Después de mucho tiempo, seis años más o menos, ayer te vi de nuevo del brazo de tu amor, y ésta pasión inmensa descontrolada y loca, como un fantasma rojo mis sienes envolvió. Felina y majestuosa con fría indiferencia, tus bellos ojos grises, mordieron mi ansiedad, en alas de tu paso tan pequeñito y suave, espléndida y dichosa, con él te vi pasar. Retrocedí seis años parado en la vereda, me vi cantando un tango, aquel que nos unió, en épocas lejanas de efímera grandeza mi nombre en los carteles, y yo en tu corazón. Tras el amargo ensueño, volví a montón de diarios, tu engominado amigo me pidió La Razón, se la entregué rogando que no me conocieras, y te fuiste contento del brazo de tu amor. Me adelanté unos pasos, con ansias de llamarte mi pobre voz quebrada, fue un grito sin color mis manos transpiraban, heladas por la angustia crispadas de impotencia, como mi corazón. Noté tras la vidriera del turbio bar cercano, que un rostro me miraba, con cruel curiosidad entonces tropezando, avergonzado y triste me fui silbando un tango, para disimular...

Naipes rojos


El negro bostezo de una puerta abierta se asoma a la noche en la calle muerta... tras ella, inquietante y dormido un pasillo se adorna con pasos nerviosos y alerta... Se queja a intervalos la anciana escalera y llora un polvillo de madera vieja... Sepultan peldaños los pasos ansiosos y suben adonde seis hombres esperan... Con rasgos sombríos seis rostros de piedra los ojos en sombras, las manos muy bellas aguardan fumando que llegue el que falta... Seis rostros sombríos rodeando una mesa... Un último impulso del hombre que llega entierra en las sombras la turbia escalera... En forma elegante, discreta y muy blanca su mano se eleva y la puerta golpea... La puerta se abre, y doce pupilas como doce manos lo examinan frías... Se quita su abrigo, saluda y se acerca, y sin más palabras ocupa su silla... Un viejo encorvado con aire de apóstol trae una bandeja con las copas llenas, y su mano izquierda deja en el tapete un mazo de naipes, y el juego comienza... Dos manos morenas manejan las cartas y éstas se atropellan de una a otra palma, y su tableteo de cartón prensado es el desafío de una carcajada. Los oros, las copas, los bastos y espadas se mezclan veloces por las manos sabias, y el recién llegado confiado hace apuestas dinero en la diestra y en la boca el alma. Pasaron seis horas... ya es de madrugada... Un cielo de humo moja las miradas... en los labios resecos se apaga un cigarro y hay sienes febriles y ojeras hinchadas... Pálido, angustiado y en franca derrota en la nueva apuesta vuelca su alma rota... Y en la última chance del azar suicida desprecia el caballo y elige la sota... Y se juega entero lo que aún le queda... Mas la sota ríe de su amarga espera y el galope quieto del caballo de oros al bando contrario su plata se lleva... Aprieta los puños, maldice entre dientes, mientras el que talla sigue indiferente... mas su indiferencia pronto se hace espanto, pues caen de su manga tres sotas sonrientes... En la calle el alba moja las aceras y el viento las barre con su voz doliente... Tres sotas se bañan en sangre caliente mientras un cadáver cae por la escalera...

La increíble anécdota de Sandro con Julio

Una biografía radial de Julio Sosa y Otra de un Canal Español

Documental de Julio Sosa y las palabras de Sosa al Doctor Elkin que lo operó de las cuerdas vocales

Película Homenaje y Trágico Final y Cuando Julio Sosa perdió la voz


La vida de Julio Sosa


EFEMÉRIDES POPULARES. EL 26/11/1964 MUERE EL POPULAR CANTOR DE TANGOS Julio Sosa, el Varón del Tango

El 26 de noviembre de 1964 muere, en un accidente automovilístico ocurrido en el centro de Buenos Aires, Julio María Sosa Venturini, más conocido como Julio Sosa y apodado El Varón del Tango. Fue un cantante uruguayo de tango que alcanzó la fama en Buenos Aires en las décadas de 1950 y 1960. El 26 de noviembre de 1964 muere, en un accidente automovilístico ocurrido en el centro de Buenos Aires, Julio María Sosa Venturini, más conocido como Julio Sosa y apodado El Varón del Tango. Fue un cantante uruguayo de tango que alcanzó la fama en Buenos Aires en las décadas de 1950 y 1960. Nació en el seno de una familia humilde, en su juventud, a causa de la pobreza, ejerció varios empleos (popularmente conocidos como "changas"). Sus comienzos profesionales fueron como vocalista en la orquesta de Carlos Gilardoni en la ciudad de La Paz. Se fue a Buenos Aires en 1949. Llegó a triunfar en el Río de la Plata, siendo considerado uno de los cantores de tango más importantes de la segunda mitad del siglo XX Sosa tenía una pasión por los autos, y había tenido varios accidentes de tránsito por conducir a desmedida velocidad. Como consecuencia, falleció a los 38 años, a las 9:30 horas del 26 de noviembre de 1964, en un accidente automovilístico ocurrido en la esquina de la Avenida Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla del barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires. Sus restos fueron velados en el Salón Argentina pero la multitudinaria concurrencia obligó a trasladar los cortejos fúnebres al Luna Park. La Opinión Popular Durante sus 15 años de trayectoria en Argentina, Sosa fue cantor de tres orquestas. La primera, Francini-Pontier (1949-1953), con la que realizó 15 grabaciones en RCA Victor, entre ellas Por seguidora y por fiel, Dicen que dicen, Viejo smoking y El hijo triste (única grabación a dúo de su discografía, junto a Alberto Podestá); la segunda, la de Francisco Rotundo (1953-1955), con el que grabó 12 temas en el sello Pampa, entre ellos Justo el 31, Mala suerte, Secreto, Yo soy aquel muchacho y Bien bohemio; y la tercera, la de Armando Pontier (1955-1960), ya desvinculado de Francini. En esta etapa Sosa grabó en total 33 registros, 8 de ellos para RCA Victor (1955-1957) y los 23 restantes en el sello CBS Columbia (1957-1960). Algunos temas destacados son: Tiempos viejos, Araca París, Cambalache, Al mundo le falta un tornillo, Padrino pelao, Tengo miedo, Margo, El rosal de los cerros, Brindis de sangre y Azabache. Fuente: Wikipedia

La voz de Julio Sosa, una cosa de todos los días


5/2/2006 | 09:00 | Flamantes 80 años de edad podría estar luciendo por estos días el uruguayo Julio María Sosa Venturini, de no haber mediado aquel fatal accidente que tronchó la vida de Julio Sosa (02-02-1926/26-11-1964) --nombre acotado para convertirse en seudónimo-- cuando apenas transitaba los treintiocho y había logrado elaborar ya uno de los más notables fenómenos de popularidad en el historial de la música ciudadana. Flamantes 80 años de edad podría estar luciendo por estos días el uruguayo Julio María Sosa Venturini, de no haber mediado aquel fatal accidente que tronchó la vida de Julio Sosa (02-02-1926/26-11-1964) --nombre acotado para convertirse en seudónimo-- cuando apenas transitaba los treintiocho y había logrado elaborar ya uno de los más notables fenómenos de popularidad en el historial de la música ciudadana. Cantor de registro grave y de muy varonil vocalización salió a la palestra en una época difícil, sobre todo porque lo suyo debió emerger frente a una avalancha de géneros comerciales que no por casualidad le ganaban largamente en difusión al legado tanguero de las décadas del '30 y del '40. Nativo de Canelones, con apenas 18 años dio su primer gran paso en la temática cuando logró acceder a los estudios de grabación Sandor, de Montevideo donde registró cinco temas junto a Luis Caruso, incluido Sur, en todo un atrevido cotejo con el reciente estreno del tema por parte de Edmundo Rivero en el legendario "Tibidabo", de Buenos Aires. La guarda vieja Sin duda, el comienzo de una historia grande en materia de interpretación, en la que matizó los mejores temas de la denominada guardia vieja con creaciones contemporáneas, forjando una imagen de virilidad y ternura que consiguió concitar la atención del piberío, amen del natural respeto de los adeptos de origen. Así, debe considerárselo como uno de los más activos hacedores de que el tango recuperara adhesiones multitudinarias, propias de sus mejores épocas. Ya instalado en Buenos Aires junto a la agrupación de Francini y Pontier dejó versiones inolvidables de El ciruja, Dicen que dicen, Por seguidora y por fiel, Viejo smocking y Olvidao, entre otros. Junto a la orquesta de Francisco Rotundo, surgió el rótulo de "El varón del tango" y llegaron notables creaciones de Levanta la frente, Dios te salve, m'hijo; y con Armando Pontier, Llorando la carta, Margo, El rosal de la ruinas y una actualísima y casi excluyente versión de Rencor. La etapa postrera de su labor lo vio triunfando y definitivamente ganador junto a Leopoldo Federico, "adueñándose" de temas como El último café o Que falta que me hacés, apoyado en un nivel popularidad sólo destinada a unos pocos, merced a la proyección de una imagen que le evitó cualquier comparación de condiciones canoras --valga el ejemplo-- con Roberto Goyeneche, cuyos inmensos recursos vocales y la versatilidad de su decir estaban todavía postergados en la consideración del gran público. Hasta la fatal colisión de su automóvil con un semáforo, cuando conducía a 100 kilómetros por hora y que provocara una su inesperada muerte, llegó a ser absurdamente tergiversada como una conjura (a lo sumo del destino), propio de reacciones emparentadas con idealizaciones de fuerte contenido popular.
Lo cierto es que, a más de cuarenta años de su lamentada desaparición física, la voz de Julio Sosa --registros mediante-- sigue siendo cosa de todos los días. Osvaldo De Rosa/"La Nueva Provincia"

Espacio Cultural, Museo Julio Sosa y su palabra y Su Casa de la Calle Helguera 2440, Placas y Libros


Presentación Este museo, inaugurado en el año 2013, es un espacio cultural creado en homenaje al Varón del Tango, nacido en la ciudad de Las Piedras. Tiene entre sus objetivos la valorización y la divulgación del Tango como manifestación cultural que une música, danza y poesía y que ha sido reconocido por Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. A su vez se propone investigar, documentar y difundir y la figura de Julio Sosa, valorizándolo como exponente del tango local y nacional. Se encuentra ubicado en las instalaciones del Hipódromo de Las Piedras. Información adicional Dirección:Hipódromo de las Piedras. Avenida Bicentenario S/N Teléfonos:(00) 598 23666703 E-mail:espaciocultural.juliososa@imcanelones.gub.uy Dependencia:Público Colecciones:Arte, Historia Yo no quiero discutir las condiciones literarias de ciertas letras que andan por el ambiente, pero por ejemplo hoy, escuchando en el hotel la radio, escuché un cantor que antes cantaba tangos y que afortunadamente dejó de cantar tangos, porque le hizo un bien al tango yéndose, y que ahora dice Cicerón, Cicerón chá chá chá... Yo no sé, una gansada y es vergonzoso lo que pasa en este país, porque si usted pasa un tango en una emisora oficial y dice la catreta o la mina, se lo censuran y no esas idioteces que lo único que hace es embrutecer a la gente, y con respecto al auge del twist y esos ruidos molestos, la culpa la tienen los padres de los chicos de veinte años que bailan moviendo las caderas, como si fueran bataclanas. Antes ser argentino era signo de virilidad, de hombría... JULIO SOSA zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
DEFENSA 535 LAS PIEDRAS, PRIMERA CASA DE SOSA.

JULIO SOSA VIVE y Familiares y Amigos


Ricardo Albanese es el mayor coleccionista de objetos pertenecientes al mítico cantor Hace rato colecciona objetos del cantor charrúa y busca un lugar para exponer su colección. Al hueso: Ricardo Albanese es un hombre que prácticamente dejó en Pampa y la vía a los herederos de Julio Sosa. Conserva hasta el volante del auto con el que El Varón del Tango se pegó el palo el 25 de noviembre de 1964. No se rían, ya quisiera el Negro Lavié tener uno de estos íntegros ejemplares de devoción o devotos ejemplares, gente cuyos dioses están, o estuvieron, en la Tierra. El más grande coleccionista del cntor Julio Sosa Léanlo: “Soy coleccionista de todo lo que se refiere a Julio Sosa. Tengo ropa, cartas, discos, casetes, magazines, revistas, diarios de la época, objetos personales. También heredé las pertenencias de la madre y su hermana y hasta tengo el volante del auto con que tuvo su trágico accidente. Me gustaría poder conseguir un lugar estable para poder exhibir todo. Te cuento un poco, yo soy amigo y asistente del maestro Leopoldo Federico. Un día lo acompañé a Cancillería y me tocó saludar a la señora Presidenta. Le comenté de mi colección, ella me dijo que le gustaba mucho Julio Sosa y me ofreció hacer la muestra en la sala de conferencias de la Casa Rosada. A la semana me llamaron y me presenté, arreglé con una señora y estoy esperando que se concrete… ¡En 2014 se cumplen 50 años de la muerte de Julio!”. La idea es aporteñarlo. Si bien Ricardo es de Mataderos, Julio Sosa, protagonista espiritual del presente aguarrás fue, se sabe, uruguayo. Un intríngulis limítrofe que, en estos casos, se resuelve con bastante facilidad: alcanza con haber visto el otro día a los muchachos del Cuarteto de Nos participando, mansa y colonizadamente, de nuestros Premios Gardel. “Sí, obvio, a mi casa pueden entrar todos los que quieran, pero no sé si es lo más cómodo. Hay gente que llama a mi teléfono, ¿puedo dejar el teléfono para otros amantes del tango? Me llaman al 15 6397 4523 y vienen, ven lo que tengo, se sacan fotos… Hoy por hoy mi casa es el lugar que conserva la memoria de Julio Sosa. En 2004, cuando se cumplieron cuarenta años de su muerte, llevé mis objetos al Museo de la Ciudad. La muestra era por dos semanas y duró dos meses… Mirá: este es el molde de la escultura de Julio que está en ciudad de Las Piedras, en el Partido de Canelones, Uruguay, donde nació. Me lo donó la mujer del artista. Ella sabía quién era yo. Cuando Bergoglio asumió como Papa mencionó que escuchaba tango y que como cantor le encantaba Julio Sosa. Le estoy escribiendo una carta al Papa, pero prefiero que no hablar de eso, es algo privado”. El fotógrafo retrata a Ricardo con un sombrero y con el volante del auto. Resulta que el cantor, amante de la velocidad, se llevó por delante una baliza luminosa en la esquina de Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla. La réplica de esa baliza también está en la casa de Ricardo. “El auto era un DKW Coupe Fissore, y este sombrero es el que Julio usó para la película Buenas noches Buenos Aires, dirigida por Hugo del Carril”. Ricardo cuenta una historia detrás de otra. Esta es buenísima: “Cuando empecé a coleccionar cosas de Julio, que me volvía loco con su voz, me hice una lista de la gente vinculada a él: músicos, amigos, familia, mecánicos… buscaba en la guía y llamaba. Un día conozco a Roberto Benítez, mi antecesor. El, más grande que yo, se volvió fana de Julio cuando tenía diez años. Por esos días Julio se mata y Benítez, un pibito, averigua que el auto chocado está en una comisaría cercana a River. Va y se las rebusca para llevarse los puchos que Julio había apagado en el cenicero del auto. Ah, me olvidaba, la mayólica que está donde se mató Julio la hice poner yo en 2007. Bueno, Benítez se llevó hasta la insignia del auto y después despegó la chapa de Helguera 2440, último domicilio de Sosa. Los puchos, la placa y algunas fotos, todo eso, lo heredé yo. Y tengo fotonovelas de Julio que ni Benítez había podido conseguir. Benítez empezó a pasarme sus objetos porque, según me confesó, ya había perdido un poco el entusiasmo y se daba cuenta de mi creciente fervor. El volante lo gestioné con el mecánico. Lo tenía colgado en la oficina de su taller. Lo fui a ver y le conté de lo mío. Le dije que hasta tenía camisas y corbatas que me había dado la viuda, y me lo terminó regalando”. zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz La madre, la hermana y su amigo Cacho Maggiolo. ,,,, Septiembre 1964 última visita a Las Piedras